jueves, 1 de mayo de 2003

Fin del capítulo primero


          Este ha sido un de esos años que, por tener tantas experiencias nuevas, tardan en olvidarse: nuevo país, nuevo idioma, nueva comunidad, nuevas costumbres, Londres, la India, Manchester...

Eso de ponerse a estudiar después de haber "colgado los libros" siempre es un poco duro, y aunque dicen que viene bien (ya sabes eso de ... el saber no ocupa lugar...),  surgen de vez en cuando los fantasmas del "dónde me he metido" o del "pero quién me mandó a mí meterme en esto" . Sin embargo, ahora que estamos acabando, es un buen momento para recapitular lo que ha significado para mí este curso:
* He descubierto que soy más feliz trabajando con la gente que con los libros.
* He descubierto que el inglés es una herramienta, nada más, y que el idioma que tengo que aprender es el que hablan los que nada tienen, los descalzos.
* Me he dado cuenta de que los religiosos tenemos mucho en común, aunque pertenezcamos a culturas distintas.
* He descubierto que cuando uno está lejos de casa piensa más a menudo en los suyos, en los que dejó atrás, familia, amigos, hermanos...
* Y he descubierto que, pese a todo lo que decían sobre la comida inglesa, yo sigo estando redondo.
Así que sólo me queda dar las gracias por estos meses a todos aquellos que los han hecho posible... ya veremos cómo se nos da el tamil.
Jorge



OCHO  MESES EN EL CRUCE DE MIL CAMINOS.

De Septiembre a Abril, he tenido la sensación de peregrinar por los senderos del mundo, de marchar codo a codo con muchas personas, muy diferentes y sin embargo cercanas.

ROMA: ciudad a la que llevan todos los caminos. Mi Eucaristía en Santa María la Mayor, con el Consejo General, los Superiores Provinciales y muchos, muchos peregrinos de profundísima Fe. Loreto, con la”casa de Nazaret”, cruce sin igual, en el misterio de la Encarnación, de los caminos de Dios y de los hombres.

LONDRES: Escuelas de inglés con compañeros procedentes de Japón, China, Rusia, Méjico, Argentina, Brasil, Italia…de los cuatro puntos cardinales.  Museo Británico, torre atalaya sobre las principales culturas del mundo antiguo. Contacto con las Iglesias: católica, anglicana y ortodoxa. Relación en la casa de los combonianos con religiosos y seglares de alma apostólica y ánimo emprendedor.

LA INDIA: con sus ríos exóticos, sus templos antiquísimos, sus calles llenas de gente, y su hambre y su sed… que nos aguardan.

MANCHESTER: Remanso de tranquilidad y arduo trabajo de aprendizaje de Inglés con los Hermanos de la Salle, sencillos, acogedores, entregados. Salidas culturales por las sendas de la Historia Inglesa. Trato con religiosas de Polonia, de honda espiritualidad y generosa actitud.

Concluyen estos ocho meses, de continuo cargar mi mochila con conocimientos de inglés, de cruzar mi vida con otras mil vidas, de otear desde el silencio de mi corazón el pasado y el futuro, de preparar mi espíritu para seguir a Jesús de Nazaret por los senderos apasionantes de su propio continente.

H. Justo Rubio.



¡GRACIAS, SEÑOR!

           Estos siete meses en Inglaterra han pasado volando, como sucede con toda experiencia que se vive en profundidad. Nuestra estancia de catorce semanas en Manchester ha sido altamente enriquecedora. Las excursiones nos han mostrado la belleza de esta tierra (llena de colinas verdes y góticas catedrales) y su interesante historia (Bretones, Romanos, Anglosajones, Vikingos, Normandos, Revolución industrial, Guerras Mundiales). La diaria inmersión en el inglés (clases, escucha de radio, lectura de libros en inglés, conversaciones con los de la casa, escuchar la radio y ver la televisión) me ha dado una base y confianza para usar esta lengua con cierta comodidad en el futuro.

El contacto con las diferentes realidades cristianas me ha abierto a diferentes formas de hacer y de vivir en Iglesia. He presenciado la realidad de una Iglesia Romana Católica en minoría pero viva en las cuidadas celebraciones litúrgicas y comprometida  con los necesitados, en la defensa de los niños y en el ecumenismo. Ha sido para mi una gracia haber podido vivir la Pascua en una parroquia con un religioso Benedictino en Leyland, y disfrutar de una comunidad parroquial activa en la ayuda mutua, en la colaboración en las tareas comunes y en la acogida de todos los que se acerca a ella. El trato con las personas conocidas (especialmente con los Hermanos de la Salle) me ha revelado la grandeza de corazón, la acogida, el respeto y el humor de los ingleses. Por todo ello en mi mente, en mi corazón y en mi espíritu resuena una gran acción de gracias a Dios por todo. Thank you very much!

Roberto Cabello.

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